La fibromialgia es una enfermedad crónica reconocida por la Organización Mundial de la Salud en el año 1992 y clasificada con la denominación M729.0. Es una enfermedad de origen desconocido que se desencadena, según coinciden profesionales sanitarios de todos los países, a partir de una enfermedad vírica o bacteriana, una situación traumática u otras causas, y en la que el estrés juega un importante papel en la agudización de la enfermedad. Además de ser una enfermedad crónica, es discapacitante y puede llegar a producir incapacidad para el normal funcionamiento en la vida diaria (ámbitos laboral, social, familiar…) en aquellos enfermos que alcanzan un nivel severo-grave de la enfermedad.
Ya en el año 1990, el Colegio Americano de Reumatología estableció unos criterios de diagnóstico de alta especificidad y sensibilidad que fue en los que posteriormente la OMS se basó para reconocer la Fibromialgia como una patología precisa y concreta, a pesar del aparente desconocimiento sobre la misma y reticencia generalizada a su falta de consideración como causa incapacitante de aquellas personas que la sufren.